sábado, 2 de mayo de 2009

Manuel Rodríguez Cuadros y cómo empezó la caida del delincuente Fujimori.

Cuando en la mañana del 13 de Setiembre del año 2,005 el entonces prófugo de la justicia Alberto Fujimori Fujimori se dirigió con paso seguro, sonrisita cachacienta y mirada ganadora hacia las oficinas del Consulado del Perú en Tokio, no imaginó que estaba cayendo en una trampa similar a las que suele colocarse a ciertas alimañas.

La historia, en realidad anécdota, dada la calidad de lumpen del actual presidiario, dice que las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú habían evaluado que la extradicción del delincuente japonés Alberto Fujimori era una cosa harto complicada.

"Japón no extradita a connacionales." 

Ese principio rector de la política exterior del Japón en relación a sus súbditos constituía un escollo infranqueable para lograr la entrega del  genocida y saqueador de fondos del Estado Peruano. 

Peor aún cuando quien lo solicitaba era un remoto país de una ignota región llamada América del Sur, más si Japón tenía como una especie de héroe a Kenya Fujimori ( ..por lo del rescate de la residencia del embajador japones en 1,996)  y más si sus autoridades desconocian o se hacían los que ignoraban la naturaleza intrínsecamente criminal de su súbdito.

En esas condiciones el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, en su más alta instancia,  elaboró un cuidadoso plan alternativo para intentar, por otra vía, traer al delincuente de marras al Perú.

Ellos sabían que el pintoresco japonesito vivía huérfano de la poderosa asesoría de Vladimiro Montesinos   y más bien contaba con la de personajes de opereta tipo Carlos Raffo, Luis Delgado Aparicio (a) "Saravá", Martha Chávez, Luisa Cuculiza  y gentuza de parecido nivel.

Conocían además que los referido excretas sociales lo alimentaban con una visión absolutamente triunfalista y distorsionada acerca de la vida peruana y de la supuesta percepción favorable que de él tenía la gente en el Perú. Peor aún lo alentaban y trataban de persuadirlo de "emprender el retorno triunfal a Palacio de Gobierno."

Estos estrategas políticos de circo  también le hacían creer que la bajísima popularidad de Alejandro Toledo, reflejada en las encuestas, debía leerla  como una añoranza del pueblo del Perú hacia su persona y su gobierno.

Todas las informaciones en poder del Canciller apuntaban a que "el ingeniero que nunca se equivoca" daba por ciertas las versiones que le contaban sus aúlicos. 

Fujimori alimentado por su ego soñaba y deliraba con triunfante y en aire de multitud al Perú.

Es en esas condiciones que mediante un conveniente señuelo le hicieron saber que si solicitaba en el Consulado del Perú su pasaporte peruano este se lo iban a entregar por lo audaz y sorpresivo de su jugada aunado a la ineficiencia, lenidad y burocratismo de los servidores del Consulado y la presencia "de amigos  del fujimorismo" sembrados allí.

"El ingeniero que nunca se equivoca y que todo lo tiene calculado" no supo aquella mañana del 13 de setiembre del 2,005 que estaba cayendo como un idiota en una trampa.

Hizo los gestos conocidos y las poses del caso. Incluso fue aplaudido por una pequeña claque de "perguanos"  llevada exprofeso al local del Consulado.

El pintoresco japonesito esbozaba la más amplia de sus sonrisas cuando horas después de solicitarlo el pasaporte le fue entregado.
Cuando le entregaron el dichoso pasaporte, hubo desazón y desaliento entre la gente democrática desconocedora de este plan. Se trataba de un aparente retroceso, sólo aparente.

Allí empezó la debacle de Kenya Fujimori y allí comenzó el triunfo de la civilidad que se consumó el 8 de abril del 2,008 cuando el genocida y ladrón  fue condenado como correspondía a 25 años de prisión.

Volviendo a lo del pasaporte, los siguientes pasos corrieron por cuenta de su entorno: la labor de persuasión del publicista Carlos Raffo sobre Kenya Alberto acerca de su destino cuasi divino.

El porcinesco publicista lo convenció de que viajase a Chile, que allí sería protegido por gobernantes y políticos chilenos agradecidos por la forma - favorable a Chile-  como cerró los temas pendientes del Tratado de Ancón de 1,929 , además de los "empresarios amigos." a los que entregó importantes sectores de la economía peruana. 

Simultáneamente le hizo creer que las masas populares al saber de su cercanía al país  se iban a levantar exigiendo su retorno. Que Chile lo dejaría salir sin problema alguno y, cuando él cruzase la Linea de la Concordia,  un MAR HUMANO lo esperaría para darle una bienvenida triunfal.  

Haría luego una marcha apoteósica en un "Fujimovil" por la Panamericana Sur hasta Lima,  donde más de un millón de peruanos, en la manifestación popular jamás vista en la historia del país  lo recibiría en Villa El Salvador y  llevaría hasta Palacio de Gobierno.

El idiotizado "ingeniero" se creyó a pie juntillas las estupideces que le vendía Raffo (...el mismo cómico que cuando el japonesito de marras  se rizó el pelo y se lanzó como candidato al senado japonés declaró que este hecho debía interpretarse como " la globalización del fujimorismo" causando la hilaridad general ...

Lo demás es historia conocida.

Lo cierto es que sin aquel bendito pasaporte Fujimori no estaría hoy en el Perú como un presidiario más  cumpliendo su condena por asesino y ya vendrá la que le corresponde por ladrón.

 El artífice de esto fue un excelente diplomático y mejor patriota al que nuestro país le debe mucho:

el Dr. Manuel Rodríguez Cuadros.


Deuda no sólo por haber facilitado la captura del delincuente japonés,  sino por haber puesto sobre el tapete, tras medio siglo de esconder la basura debajo de la alfombra,  el asunto de la delimitación marítima con Chile.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE TORPE MANIOBRA LA DEL CHINO,ES
AQUI DONDE NOS DAMOS CUENTA DE LA
ESTUPIDES DEL CHINO SI NO ESTA CERCA SU COMPINCHE.LA CUCULIZA QUE
PUEDE ACONSEJAR,ESTA TRANSFUGA QUE
TIENE MUCHOS ANTICUCHOS:MANDO A QUE
LE ROMPAN A UN NOVIO QUE FUE EX-CO
MANDANTE DE LAFAP,EN UN VLADIVIDEO
LA CUCU DICE"MATEN A CARLOS FERRERO,FONDEENLO. A SU PAREJA RI
VERA LO MATARON ECHANDOLE LA CULPA
A UN DEMENTE.TODO HUANUCO SOSPECHA
QUE LA CUCULIZA ESTABA METIDA EN EL
ASESINATO.LA CUCULIZA SOLO PUEDE
ACONSEJAR EN ASESINATOS Y NO EN
`POLITICA.LUEGO SARAVA,RAFFO,LA HILDEBRANDT SOLO SON UNOS PIRAÑITAS
QUE SOLO SIRVEN PARA ROBAR.
OSEA QUE EL CHINO SE TIRO A LA PISCINA VACIA.

Anónimo dijo...

Compatriota Dr.Manuel Rodríguez Cuadros, ahora entiendo claramente, inicialmente también me decepcioné que le entregaran un pasaporte peruano. Gracias por su actuación que ha permitido que el Estado Peruano y los compatriotas víctimas de los genocidios de su autorías mediata y los latrocinios durante su gobierno dictatorial sean resarcidos oportunamente, habiéndose iniciado con las víctimas de los genecidios conocidos, quedando pendientes otros no denunciados y los demás en perjuicio del Estado Peruano y beneficio propio. El ex Canciller Rodríguez Cuadros por sus méritos profesionales y conocimientos de política exterior y haber dado al Perú el derrotero ante la Corte de La Haya con respecto al diferendo marítimo con Chile, debe ser convocado urgentemente a la cancillería por ser la persona idonea, proba y conocedora, no entiendo porque nuestro Presidente Ollanta Humala ha designado al Sr. Roncagliolo, ojalá sea prontamente relevado, al igual que los que provienen del gobierno del otro genocida Alan García Pérez, éste también debe ser enjuiciado igual que el reo japonés, son como dos gotas de agua, y deben empezar por los delitos de lesa humanidad que son imprescriptibles, existe jurisprudencia y el antecedente del japonés Alberto Kenya Fujimori Fujimori, el reciente Ministro de Justicia Dr. Francisco Eguiguren habrá de hacerlo, como también enviar a una carcel común a este súbdito japonés que tuvo la misión de hacer del Perú una colonia del Imperio del Sol Naciente.