miércoles, 28 de abril de 2010

Los abogados y la corrupción.

"Nadie vive tan expuesto a la deformación profesional como el abogado. ¿Qué recto corazón no se tuerce con el hábito de cifrar la justicia en el fallo aleatorio de un juez? ¿Qué privilegiado cerebro no se malea con algunos años de triquiñuelas y trapisondas? ¿Qué verbo, qué lenguaje, no se pervierte con el uso de la jerigonza judicial? ¿Qué buen gusto no se corrompe con el manejo diario de códigos, reglamentos y expedientes? En la abogacía, como en un sepulcro voraz e insaciable, se han hundido prematuramente muchas inteligencias, quizá las mejores del país."
Manuel González Prada - "Horas de Lucha".
En estos días del año 2,010 en medio de  la gigantesca hediondez que emana de casi todas las instituciones del inservible Estado Peruano, pestilencia que es producida por los descomunales latrocinios perpetrados por la banda de hampones que nos gobierna,  es fácil observar la ubícua presencia de "El Abogado".

Quizás es una caricatura, pero quien mejor simboliza esta sempiterna presencia en medio de las trapacerías sea la obesa figura y la voz aguardientosa y coprolálica de Alberto Químper (a) "Don Bieto",  asesor del  presidente de la república Alan García para los casos tributarios,  moviéndose sinuosamente  como rata en las alcantarillas del llamado "Palacio de Justicia".

La personalidad de este  sujeto es de lo más repulsiva y en la imaginación popular se encuentra  indesligablemente unida en nuestra sociedad a la figura de "El Abogado".

Lo que no se debe de perder de vista es que lo que padecemos es un remedo de una república de ciudadanos: vivimos en una especie de republiqueta, en una caricatura de país y de sociedad civilizada,  que es lo máximo que ha podido construir la caduca, anacrónica y obsoleta burguesía peruana, acostumbrada a vivir de la feroz e inmisericorde explotación de la mano de obra barat, de su asociación en condición de socio menor del gran capital trasnacional y de las prebendas que recibe de el poder político.

"El Abogado", ese personaje repudiado en la imaginación popular,  actúa condicionado y casi determinado por el medio donde debe desenvolverse. Imagino lo difícil y complicada que debe ser la vida de un joven abogado recién titulado para ejercer su profesión en medio del pozo séptico que es el sistema judicial peruano donde hay centenares de "Don Bietos", desde el Tribunal Constitucional, pasando por la Corte Suprema y el Consejo Nacional de la Magistratura, hasta llegar al chico que cose con pabilo los asquerosos expedientes que atiborran los juzgados.

Ciertamente hay abogados y abogados.

Compartiendo profesión con los Bieto Químper, Alan García, Vladimiro Montesinos, Rómulo León Alegría, Laura Bozzo Martha Chávez, Alex Kouri, Chirinos Soto y demás exponentes de  estilo, en el Perú siempre han existido y existen profesionales del Derecho involucrados en la defensa de las mejores causas:  allí están, sólo por mencionar algunos ejemplos sin dar nombres,  los defensores de los Derechos Humanos, los abogados laboralistas que asesoran sindicatos , los que atienden casos de perseguidos políticos tan frecuentes en nuestra convulsionada historia o por último los que desde el Parlamento bregaron por poner en papel y tinta las conquistas sociales y laborales, conquistas borradas y desaparecidas durante los gobiernos neoliberales y reaccionarios de Fujimori, Toledo y García Pérez.
También hay unos cuantos jueces y fiscales probos.

Ciertamente también existe la variedad de hombres de leyes, que si bien no alcanzan las honduras de los antes mencionados, desprestigian también a la profesión. Sólo a título de ejemplo y por la sóla razón que hablamos de "El Abogado":

En la Municipalidad de Lima hay un sujeto, un ex "comunista revolucionario" que hace las veces de abogado del municipio limeño que se dedica a perseguir judicial y policialmente de la manera más asquerosa a vecinos y ciudadanos que fundadamente se oponen, tal como ocurrió por ejemplo en la Universidad de San Marcos y en Barranco,  a los designios del dictadorzuelo  Luis Castañeda Lossio , involucrado hasta la médula en  flagrantes casos de corrupción como el de "COMUNICORE" y la sobrevaloración de obras viales,  que resultan costando en Lima, donde la mano de obra es baratísima,  igual que en Londres o París.

Pues bien, el "comunista revolucionario" además de denunciar ante la policía y los fiscales a ciudadanos democráticos, decentes y de bien , se da tiempo para asesorar políticamente a Castañeda Lossio. Así  tratando aparentemente de darle un "rostro más humano", de "preocupación social", un cierto "sesgo de izquierda" a la candidatura de "El Muerto" , paradójicamente ha resucitado  a un cadáver político, el de un  "socialista revolucionario", el doctor  Enrique Bernales Ballesteros, celebridad internacional del Derecho y las Ciencias Políticas para que les elabore el "Plan de Gobierno".

Asi como dijimos que un tipo de la trayectoria Luis Bedoya Reyes no podía ignorar que estaba COIMEANDO  cuando fue "estafado", así   Bernales Ballesteros no puede ignorar que está trepandose al carro de un sujeto con evidentísimos síntomas de llevar un manejo corrupto del gobierno municipal como es el caso del actual Alcalde de Lima y que fuera funcionario de Kenya Fujimori en el IPSS y en la Caja de Beneficios Sociales del Pescador.

Así de podridas están las cosas.
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4 comentarios:

info-derecho dijo...

No hay profesión como la del abogado para defender a los más débiles. Desgraciadamente no siempre es así.

Anónimo dijo...

El pelado cabeza de pinga Angel Delgado es el comunista revolucionario

Anónimo dijo...

Angel Delgado el abogaducho egresado de la PUCP, a la hora de llenar su bolsillo no le interesa defender a los corruptos apristas. Lamentablemente los de la izquierda son tan corruptos y ladrones como los apristas (faenones,) los fujimoristas(genocidios,etc) los pepecistas (al alimón con los apristas en el congreso, los de unidad nacional, solidaridad nacional, también igual. Por eso el apra roba en cancha libre, pues le da su alita pequeña por derecho de vista, es decir votan como quieren para ganar mayoría en contra del pais y porsupuesto siempre a favor de su plata, su amante (Menchola) su querida, y todas las lacras que vemos a diario. No son tontos útiles, todos se benefician, excepto nosotros los ciudadanos de a pie que tenemos que ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente. Angel Delgado ahora es Asesor de la Municipalidad de Lima, como se ve que los abogados están mal, siempre han sido el abogado del diablo, ahora se nota más porque es la carrera que prolifera y todos son lambrosianos desde las aulas, he ahí el problema, sino miren a la rata que nos gobierna desde Palacio inmerecidamente, las elecciones ha habido mano de BTR antes, durante y después de las elecciones. La mamá de Federico es sobrino de un hombre de confianza de VMT. La forma de actuar del apra es igual al del fujimontesinismo, la diferencia es la careta.

Rafael del Barco Carreras dijo...

LA DEFENSA DE JAVIER DE LA ROSA. INFORME FINAL.
LXI. JUICIO A LA CORRUPCIÓN EN LA DELEGACIÓN DE HACIENDA DE BARCELONA.

Rafael del Barco Carreras

Sesión 3-06-10. Francesc Jufresa, abogado defensor, no admite culpa alguna para su patrocinado Javier, como aceptara el abogado Melero con el acusado Huguet por los ingresos en Suiza. Argumenta con la contundencia que le es propia que Javier de la Rosa, ni era el máximo ejecutivo del Grupo Torras (un tercer vicepresidente) ni conocía sobre las operaciones en sociedades en que ni siquiera tenía poderes, y ni se demostraba durante el juicio su directa intervención.
Denominador común, de nuevo contra el malo, Juan José Folchi, el chivato en Londres. Cuentan en uno de tantos libros sobre Javier que cuando salió en libertad con fianza por el caso Torras-KIO amenazara de muerte entre otros a Folchi, y puesto que está vivo, pues a cargarle los delitos de los que acusan a los dos. Un abogado y asesor fiscal omnipresente. ¡El personaje se lo merece! Pero no todo lo decidiría Folchi. Decenas de miles de millones, facturas y recibos falsos, ingresos en Suiza, compras y ventas de acciones, o sobornos a inspectores. Jufresa añadió además que en el Grupo ejercían varios altos ejecutivos que decidían, citando entre otros a Alierta, actual Presidente de Telefónica.
Oír al apabullante Francesc Jufresa ¡no lo puedo evitar! me retrotrae a cuando en sus inicios, hace casi 30 años, le conocí estando en prisión. Había contratado a su socio o jefe, Gonzalo Quintero Olivares, en sustitución de Luis Pascual Estevill. No está de más repetirme. Llevaba dos años en prisión preventiva cuando descubrí que un recurso al Supremo, uno de los argumentos de Pascual justificando mi irregular situación, no existía. En el Supremo, al que sospechando envié otro abogado, no se había presentado recurso alguno. Meses después la prensa publicó que una mujer de la limpieza lo tirara a la papelera. Muy propio de los amorales en cuyas manos había caído. Ver EL PAÍS f. 8-03-1983, o en “Barcelona, 30 años de corrupción” pag. 431.
Otro año hasta el juicio. Tampoco Gonzalo Quintero y Francesc Jufresa consiguieron mi libertad con fianza. Todos los casos económicos de entonces ¡y fueron muchos y con centenares de acusados!, como el de la “seguridad social” con 40 detenidos, actuando de abogados, entre otros, Pascual y Juan Piqué Vidal, obtenían la libertad, excepción de los tres del Consorcio de la Zona Franca. Resumiendo, desde entonces los abogados son para mí una especie o profesión nefasta, inútil y corrupta. En mi caso, sin abogado, defendiéndome yo mismo que no lo soy, no me hubiera ido peor. Debería ser libre, como en tantos países, la elección o no de letrado defensor. Y en este juicio se sienta en el banquillo la causa y base de lo sucedido, Javier de la Rosa y sus macro estafas. De él, sus abogados, políticos y jueces.
Que le defienda Jufresa, que repito, me defendió en dos juicios, uno absuelto y otro condenado a siete años por falsedad y estafa, es una casualidad un tanto amarga. Como fuera muy amargo saber por la prensa que Gonzalo Quintero, su socio, formaba parte de los íntimos de Luis Pascual Estevill, compinche y colega a su vez de Juan Piqué Vidal, mi primer abogado en el caso Consorcio. Error tras error. Que pasados 30 años no crea en casualidades, y si en mucha corrupción, parece lógico.
Base para la actual defensa de su cliente la tiene sobrada. Fiscalía fabula más que prueba, y desmenuzando las supuestas pruebas, retazos de un puzle donde falta, por robo a la propia Hacienda, o por vaciado y exculpaciones en el sumario durante los diez años de instrucción, y otros diez de expedientes anteriores, más parece la papelera del Supremo donde dicen tiraron el recurso que propiciaría mi libertad con fianza, que un concienzudo estudio de investigación.
Continuará el lunes…