En los gigantescos aparatos de propaganda del Capitalismo se repite hasta la saciedad ideas-fuerza que han logrado hacerse carne de su carne y sangre de su sangre en grandes masas de la población mundial
Los cerebros de esta planificada operación psicosocial de vastos alcances han tenido un éxito espectacular logrado a partir de los casi infinitos recursos que les brinda el manejo de megacorporaciones que despliegan su accionar en la industria mediática, de la información y el entretenimiento.
Uno de las ideas que han machacado hasta el hartazgo en la mente y el subconsciente de la gente, al punto de convertirla en parte de lo que corrientemente se llama “el sentido común” es que para que puedan existir en la sociedad cosas como la Democracia, la Libertad y los Derechos Civiles y Humanos, es condición indispensable el Capitalismo.
Según la propaganda, convertida en La Verdad, fuera de El Mercado no es posible La Libertad.
Claro, una cosa es la propaganda, la publicidad y los publicistas y otra la dura y verde realidad de la vida.
La evidencia histórica de nuestros tiempos demuestra fehacientemente que la relación entre las variables Capitalismo y Libertad es, en el mejor de los casos, débil y tenue siendo más bien en la mayor parte de los casos, negativa y contradictoria.
Hay una verdad incontrovertible que se extrae de cualquier examen de la realidad: las reformas económicas capitalistas de las últimas décadas, es decir la implantación del Neoliberalismo, sólo ha podido hacerse bajo oprobiosos regímenes autoritarios, dictatoriales y represivos, que han conculcado bajo diferentes formas y estilos, las libertades elementales de la gente, y en esto poco interesa que se trate de administraciones de derecha o de “izquierda” (…el caso de China es emblemático).
En la inmensa mayoría de los casos para implantar las denominadas “reformas del capitalismo”, la “economia de mercado abierta” ha sido necesario un alto grado de autoritarismo, de represión y de engaños que nada tienen que ver con cosas como la Democracia, la Libertad, los Derechos Humanos y Civiles.
En los años previos a la caída del muro de Berlín y de los regímenes soviéticos las reformas económicas aplaudidas por los sumos sacerdotes y propagandistas del capitalismo se produjeron en Taiwán (entonces bajo el régimen de partido único del Kuomintang), en el Chile de la sangrienta dictadura fascista del genocida, ladrón y criminal Augusto Pinochet y sus “Chicago- Boys”, en el Singapur del dictador y autócrata Lee Kwan Yew y cómo no en la Indonesia de Suharto que produjo un baño de sangre con cerca de medio millón de comunistas asesinados...
La aparición de los denominados “tigres asiáticos” ocurrió en naciones cuyo denominador común ha sido ser regímenes autoritarios, como Corea del Sur; y antes en Japón, país de formas tan “democráticas” como el septuagenario gobierno del PRI sobre México (“la dictadura perfecta”).
Si enfocamos el lente en la implantación de “las reformas de mercado” en la Europa oriental y la ex-Unión Soviética, la cosa es para llorar si nos fijamos en el devenir de la Democracia y la Libertad.
En casi toda las repúblicas de la ex Unión Soviética la implantación del capitalista ha significado privatizaciones signadas por el robo, el despojo y la rapiña, al margen y en contra de todo lo que pudiese significar democracia, derechos, igualdad o libertades. .
El caso de China, como decíamos, resulta emblemático.
Todo el arsenal autoritario y represivo, autocrático y dictatorial atribuido al maoísmo stalinista del Partido Comunista de China ha sido la llave mágica para abrir las compuertas y encauzar al capitalismo. El caso de China es particularmente importante por el extraordinario desarrollo del capitalismo que involucra a gran parte de la población planetaria.
En síntesis la tautología, la identidad, la definición que exitosamente han hecho los ideólogos y publicistas del Neoliberalismo ( CAPITALISMO = LIBERTAD Y DEMOCRACIA) es una falacia total.
Lamentablemente la propaganda ha tenido un éxito indiscutible al punto de provocar lo que se denomina en el Marketing “la respuesta refleja.”
Pregúntese a 100,000 personas ¿qué sistema garantiza la democracia y la libertad? y la aplastante mayoría responderá como autómata: “el sistema de economía de mercado”.
El que esta concepción haya alienado, hecho carne y grabado a fuego sobre la mente de grandes sectores de la población, para felicidad y solaz de un puñado de grandes corporaciones y de la gran burguesía, es comprensible.
Lo que resulta penoso es que estas ideas se hayan hecho parte de la ideología de gente que se proclama ser “de una izquierda moderna y democrática” y que en el fondo y la forma lo único que pretenden es maquillar y embellecer el capitalismo.
La más depurada expresión a nivel de organización política en nuestro país es sin ninguna duda FUERZA SOCIAL.
En sucesivos escritos desarrollaremos esto.
1 comentario:
Pienso, como diría mi padre que "aquello que llamamos democracia" es una cuestión estadística que no tiene absolutamente nada que ver con un régimen solidario y de gran libertad, -sobretodo de palabra- La historia nos enseña lamentablemente que todos los regímenes autoritarios tienen una tendencia al ostracismo ideológico o clasista. Hoy cuando veo mis prados verdecer me repliego hacia ti madre tierra, "pacha mama" y digo de una sola vez y para siempre que como en Tunez el sistema debe caer. Y si cae quiero que sea para siempre.....
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