martes, 3 de marzo de 2009

Psicopatía, el Museo de la Memoria y los extravíos verbales de García..

Una de las cualidades personales que Troyanos y Tirios reconocen en Alan García es su eximia capacidad oratoria.

Como es ampliamente conocido es capaz de hablar durante horas las estupideces más inverosímiles con cierta brillantez , elegancia y pulcritud. Todo un artista de la palabra. 
Sin duda es, de lejos, el mejor orador y expositor entre los políticos con vigencia. 

Sin embargo a raiz de la generosa propuesta del gobierno alemán de financiar mediante una donación la construcción y mantenimiento de un MUSEO DE LA MEMORIA,  Alan García pareciera haberse caido emocionalmente, hecho que se habría visto reflejado en un evidente, repentino y pasajero empobrecimiento de sus reconocidas calidades de comunicador social.

Como se ha dicho y repetido cualquier evocación de los luctuosos años 80, cualquier ejercicio de memoria sobre aquella ominosa década significa irrremediablemente recordar su papel de genocida. 

Montañas de cadáveres, decenas de fosas comunes, detenciones arbitrarias, torturas, asesinatos y  desapariciones estarán asociados per secula seculorum a su macilento Karma.
La mala conciencia por sus crímenes pareciera haber afectado a García Pérez hasta el punto de mellar su  reconocido talento oratorio.

Este síntoma se ha venido manifestando  desde hace algunos de días en las diferentes ocasiones en que ha manifestado su abierto rechazo a la propuesta del Museo de la Memoria. Su diáfano y florido verbo ha cedido el paso a un retorcido amasijo de expresiones que bien podrían  haber sido proferidas por Cantinflas,  Clavillazo, Yehude Simons ó Gisela Valcárcel.

Léase sinó sus últimas declaraciones:

"Pues hay quienes creen que las cosas fueron así o que las víctimas fueron éstas. A veces se dice, no señor las cosas fueron de esta manera, y las víctimas fueron otras, y la verdad fue así. Nadie puede negarse y mucho menos yo.”

“A nadie le corresponde decir nosotros somos dueños de la memoria de 28 millones de peruanos. Creo que hay personas que tienen otro punto de vista, cientos de miles de personas, tal vez millones, lo importante es incluir de manera plural las interpretaciones de memoria que hay”

“Nadie debe adueñarse de la memoria, si es lo que los alemanes dicen constitúyase una comisión mucho más amplia, con participación de todos los que se sienten víctimas de violencia, no solamente los que dicen que los juzgaron mal como terroristas sino también los campesinos que fueron victimados por los terroristas o en abusos terribles que hubo por parte de los gobiernos sin querer, evidentemente, pero también los alcaldes fusilados, aniquilados, y los soldados y oficiales que murieron, sumemos todas esas perspectivas para tener una memoria nacional”

“Nadie puede estar en contra de la memoria, lo importante es que nadie se adueñe de la memoria. Nadie puede tapar con un dedo la verdad y la historia”.

“la memoria no es patrimonio de un solo grupo por inteligente que sea o de la mejor universidad en que esté, la memoria es nacional”.


Ahora bien esta suerte de descalabro oratorio de García tiene cierto valor porque revela por enésima vez la catadura moral del personaje.

Si se lee con algún cuidado, García Pérez en esencia nos dice que existen varias memorias, varias visiones y diversas valoraciones sobre lo ocurrido en esa aciaga época que lo tuvo a él como protagonista desde el lado del Crimen y la Muerte.

Hay, según él,  varias memoria, visiones y valoraciones sobre el asunto y es menester que se recoja la opinión de todos los peruanos, darle cabida a todos y a todas nos dice en su cantinflesco desvarío.

Este Alan García tan amplio, tan generoso, tan democrático, tan libertario, tan universal , preocupadísimo por que exista "participación plena", desvelado porque los peruanos sin excepción participen en un asunto de todos, contradice de plano al verdadero y cotidiano  Alan García, al  García que exige y hace aprobar entre gallos y medianoche tratados de libre comercio a espaldas y totalmente lesivos a las mayorías nacionales, Tratados de Libre Comercios donde se juegan destino y vidas de la población peruana en asuntos medulares. 

Allí sí no existe amplitud, generosidad, democracia, universalidad, participacionismo pleno. Allí sólo existe los sagrados intereses de las corporaciones, de los empresarios mineros, de su amigo "Pepe" y de la CONFIEP a los que sirve como el lacayo más rastrero.

Allí sí dió su pleno respaldo al cerdo racista Antero Florez Araoz,  el que dijo ante la posibilidad de someter a un referendo la aprobación del TLC con EEUU:

" ..¿desde cuando se le consulta a las llamas y alpacas?".

Si estos cínicos papeles, estas caretas  que se pone y cambia García Pérez no expresan los rasgos de un psicópata, a qué categoría  corresponden?

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